PLAZA MAYOR DE MADRID Y ALREDEDORES


La historia de lugar tan icónico se remonta al año 1463, cuando Enrique IV, hermano de Isabel la Católica, concedió a la villa de Madrid el privilegio de celebrar todos los meses una feria, celebrada en las inmediaciones de la desaparecida iglesia del Salvador. Finalmente se trasladó a la Plaza del Arrabal que, poco a poco se rodeó de viviendas de buena factura: ennoblecieron la zona, dándole un aspecto más urbano. En el 1494 la plaza del Arrabal se regularizó urbanística y comercialmente, según las disposiciones reales.

Felipe II decidió, en el 1561, convertir Madrid en la capital de su imperio. El hecho marcaría la fisonomía, el destino de la futura Plaza Mayor. Pasó de ser una zona marginal, aislada, a centro comercial y social de Madrid, cambiando el eje urbano de la villa. El monarca decide en el 1581 dar a la plaza la solemnidad necesaria para un lugar que era el gran escenario de los acontecimientos comerciales, culturales y políticos de la época.

La Plaza Mayor fue un gran hito arquitectónico, ya que se convirtió en el espacio público más grande de Madrid. A lo largo de sus 400 años de historia ha servido de escenario para todo tipo de celebraciones. Se inauguró el 15 de mayo del 1620 con los actos de beatificación de San Isidro. Después fue escenario de corridas de toros, juegos de cañas, celebraciones religiosas, bodas reales, procesiones, torneos, mascaradas, representaciones teatrales, carnavales, danzas, tarascas, castillos de fuego, autos de fe, ajusticiamientos, coronaciones…

Durante el reinado de Isabel II, la Plaza perdió la función de lugar de espectáculos, para los cuales fue concebida, y se remodeló el espacio central convirtiéndolo en un jardín a la francesa. Siguiendo la moda urbanística gala, fue adoquinada, ajardinada y engalanada con fuentes, y a instancias del entonces concejal de Madrid, Mesonero Romanos, se colocó en el centro la estatua ecuestre de Felipe III (hasta entonces ubicada en la Casa de Campo).

En el siglo XX, entre los años 1921 y 1935, se realizaron reformas en las viviendas para consolidar el balconaje. Pero la reforma más importante se realizó en los Años 60, cuando se recuperaron los tejados de pizarra y se regularizaron las buhardillas. Se cerró al tráfico rodado y se habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la propia Plaza, eliminando las zonas ajardinadas y el mobiliario urbano para recuperar la grandiosa escala del primitivo proyecto. La última de las grandes actuaciones en la Plaza Mayor, se realizó en 1992. Se decoraron los muros de la Casa de la Panadería, sustituyendo los antiguos y deteriorados frescos.


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